lunes, 27 de abril de 2020

Día 38 y 39: la vida es simple

Domingo de contemplación, mientras se definen detalles de apertura de cuarentena.

Las hojas que se robó el viento dejaron una luz de ocres y dorados que tientan a algunos pájaros.
En la terraza, confieso, hay un universo paralelo que no deja de desarrollarse.

Y yo no dejo de mirar.
Porque si dejara, quizá, desaparecería.





sábado, 25 de abril de 2020

Día 37: ser y ser.

Anoche terminamos de ver Devs, de Alex Garland.
Y también hemos mirado Tales from the loop.
Y también vamos mirando Westworld.

Dualidades.
Estar en los multiversos.
Ser en varios lados.
Estar en varios ser.

Igual, estas dos maneras de ser árbol:




viernes, 24 de abril de 2020

Día 35 y 36: el olvido.

Por primera vez en esta cuarentena, me olvidé de este blog.
No es que no haya dejado de escribir algún día antes, claro, pero en esos casos no fue por olvido.
Pero ayer no pensé en ningún momento en la cuarentena.

Fue día de contemplación en los patios.
Si me fuera, si no volviera nunca más a mi casa, tengo los ojos cargados de tanta cosa bella de estos días.

Como si llevara baterías, adonde fuera que fuera, para abrir los ojos y seguir siendo yo.




miércoles, 22 de abril de 2020

Día 34: justicia poética.

Que los ricos demanden atención del estado.
Que sea la salud pública la que salve las papas.
Que tengamos que salir a la calle disfrazados de rateros.
Que el mundo se haya peronizado.
Que los discriminados en los barrios hoy sean los médicos.
Que los planeros sean de la clase media.
Que todos nos veamos las canas.
Que Scarlett Johansson y yo estemos pasando por lo mismo.
Que la contemplación se haya vuelto democrática.
Que el tiempo sobre.
Que EE UU solicite médicos cubanos.
Que los nuevos refugiados vengan de Europa.
Que el día no termine.
Que el despertador sea un objeto en desuso.
Que el virus ennegrezca la piel.
Que los pibes del Rapi y Glovo sean hoy valorados.
Que el plazo fijo no importe.
Que Argentina sea hoy el mejor lugar del mundo.
Que estemos, al fin, en la famosa isla desierta,
enfrentándonos con lo que construimos.




martes, 21 de abril de 2020

Día 33: nuevas costumbres

La de rearmar los vínculos.
La de soltar horarios.
La de amar el bosque más amarillo.
La de jugar con los hijos.
La de soltar.
La de escuchar más agudamente.
La de la paciencia.
La de los amigos lejanos.
La de los amigos menos cercanos.
La de estar solo.
La de vivir fuera del tiempo.
La de ser mortal.
La de los días que no pasan nunca.
La de no pasar.
Nunca.


lunes, 20 de abril de 2020

Día 32: El amarillo de los días.

Todo es amarillo esta semana.
El árbol se desgrana en mil partes que pintan el suelo de mi terraza.
Van dibujando los días y no pienso barrer.

Cómo barrer si es la caricia más linda de todos estos meses?

En ese baño dorado me mojo sin agua muchas horas al día.
Imposible cerrar los ojos.
Y la foto nunca será perfecta.

Días de mucha contemplación. Mucha.
Y en Zárate ya son 5 los infectados.

Los mundos paralelos se van distanciando de a poco.
Vos elegís en cuál querés estar.



domingo, 19 de abril de 2020

Día 31: botánica

Ayer, el amarillo ha inyectado en mis ganas dosis de endorfina y comencé a trabajar, de casualidad, en una nueva serie fotográfica.

Digo "de casualidad", porque encontré una rama de helecho seca dentro del scanner, tan bella, tan resguardada del tiempo, en su propia cuarentena de sombras.

También se dió que Julián quisiera prestar su brazo como modelo.

Estas dos circunstancias juntas, jamás merecerían ser desaprovechadas.

Botánica, es la palabra que más transito estos días.