Domingo de Pascuas.
El domingo real, diría, si los domingos hablaran y se pelearan entre sí.
Hay un sol increíble.
Hay una brisa increíble.
El mundo pareciera estar quieto.
O es que yo me muevo menos.
O es porque todos aún duermen en casa a esta hora (12.00 pm.).
Sólo interrumpe, para mi displacer, el rugir de los motores de los autos que van y vienen.
Shhh, este poema era perfecto.
El poema es un momento intangible.
Anoche, en medio de peliculas olvidables, una frase de un trailer de otra:
"No es el fin del mundo. Es el comienzo de otro."