jueves, 4 de junio de 2020

Día 77: la luz

comienza a ser un hilo perlado suspendido en la nada.
Tardes de mucho oficio fotográfico.
Esa es la suerte.

Hablar con la amiga en España, y sentir que allá o acá hay tanto por hacer,
tanto todavía con tanta fervorosidad que amanece y promete.
Placeres inmediatos.

La luz de perla, como ella dice, dibuja vida donde no parece.
Y mi ojo se vuelve inexplicablemente inmortal.