jueves, 2 de abril de 2020

Día 13 y 14: la lentitud que apura.

Ayer la lluvia parecía lavar todos nuestros pecados.
Una lluvia de a ratos plácida, iluminada.

Una certeza: la pintura del balcón soportó bien. Punto para mí .
Y la vida asoma, desde lugares secretos.
Como si el miedo también fuera virósico.







































El día, de tan largo, se hace corto.
No entiendo por qué pero estoy segura que la percepción se ha corrido un poquito de eje.

Ayer pensaba, y antes de ayer pensaba:
Estaremos entre los que sobreviviremos o estaremos entre los que moriremos?
Es una oración imposible.
Cómo se conjuga?

Me olvido del miedo y me digo, qué privilegio estar aquí y ahora. Ser parte de este todo.
Ser una más de las que tendrán que armar la vida (o desarmarla) el día después.

Hoy, el viento se sacude la peste como perro rabioso.
Siempre supimos quién manda.