jueves, 23 de julio de 2020

Día 124 125: analógico

Cuando escucho o leo a fotógrafos que dicen que prefieren la era analógica a la digital
mi pensamiento me lleva aquí:

Cuando la fotografía era analógica (y es que de ahí yo vengo también) hecha en casa por las propias manos, había en esa alquimia algo único, de exclusividad, magia para pocos, misterio para muchos. Algo de maternidad. Este dar a luz en soledad nocturna.
Un arte individual, selectivo, glamoroso.

Belleza, sí, pero siempre hay belleza en los ojos.

Ahora, cuando la fotografía es digital y este arte pasa a muchas manos en una democracia rápida y segura, resulta que ya no somos tan pocos los artífices.
Resulta que es un arte compartido, y no sucede bajo la luz roja de la noche sino en el ruido del día. Lo que se comparte se empieza a ir de las manos.
Lo que se comparte se reparte.

Y ahí estás, mirando cómo la belleza te noquea el ego.