viernes, 11 de marzo de 2022

Día 620 al 631: mi padre

 

Mi papá nunca me preguntó
qué quería hacer, quién quería ser.
Nunca vino a jugar conmigo. Siempre fue al revés.
No había que molestarlo, decía mi madre,
está cansado de trabajar.
No hagan ruido, que duerme la siesta.
Trato de recordar algún momento íntimo
nuestro, sólo nuestro.
Un padre y una hija y nadie más.
Aparecen los viajes al centro mayorista,
yo, de copiloto, bajo el abrumador sol del mediodía.
Siempre pensé que iba con él para escuchar mis cassettes
en el estéreo del auto.
80 km, solos, cantando en la ruta.

En los últimos años, el jazz nos hermanó.
Fuimos como dos chicos hablando con la misma pasión.
Sin embargo, esas noches fueron más cortas que la certeza.
Yo sabía que ya pronto dejarían de ocurrir.
Eso fue lo más cerca que estuvimos uno del el otro.


Nunca supe si tenía miedo de morir,
si tenia miedo de seguir viviendo.
Nunca supe tantas cosas. Ni él de mí.
Nunca me preguntó sobre mi vida,
le tenía terror a disentir.
Nunca preguntó nada realmente profundo de mí.


Con mi padre no hablábamos de cosas importantes.