lunes, 30 de marzo de 2020

Día 11: el silencio.

La odisea de tratar de descansar mientras la cabeza hace lista con las cosas que debería hacer.

Pensamientos  (uno recurrente, porque lo rescaté viendo el primer día de la carentena el documental Biografía de una mirada, sobre Henri Cartier Bresson):

Dijo la actriz Isabelle Huppert,
"El (Henri) no fotografía el silencio sino una palabra que acaba de terminar. Fotografía el silencio que le sigue a la palabra".








































Y la noche vino, igual que siempre, entre los aplausos de las 21 hs para los servidores de la salud, el olor de la comida que en unos minutos subirá hasta mi estudio y la luna que sigue jugando a las escondidas con el fresno.

El marido cocina, los hijos se estampan en sus cosas, como estampillas en un sobre.

Suenan alarmas, me duelen un poco los pies. Hoy salí hasta el banco, y lo que antes era un fastidio hoy casi es una invitación a jugar.

La calle hoy parecía domingo en invierno.
La gente apurada, yendo como sigilosamente a sus destinos.
Todos parecemos espías.
Me sentí, por un momento (tal como lo habláramos con Manuela, mi amiga en España), como presa en un film de Hitchcock.
Ya no sé qué es real y qué es virtual.

Salgo al patio, nada parece estar fuera de lo normal.
Y sin embargo, se percibe en el aire una fragilidad que podria quebrarse con el caer de una gota de agua.

Todo sigue suspendido.
El silencio pregunta.