Domingo de contemplación, mientras se definen detalles de apertura de cuarentena.
Las hojas que se robó el viento dejaron una luz de ocres y dorados que tientan a algunos pájaros.
En la terraza, confieso, hay un universo paralelo que no deja de desarrollarse.
Y yo no dejo de mirar.
Porque si dejara, quizá, desaparecería.