Ayer, el amarillo ha inyectado en mis ganas dosis de endorfina y comencé a trabajar, de casualidad, en una nueva serie fotográfica.
Digo "de casualidad", porque encontré una rama de helecho seca dentro del scanner, tan bella, tan resguardada del tiempo, en su propia cuarentena de sombras.
También se dió que Julián quisiera prestar su brazo como modelo.
Estas dos circunstancias juntas, jamás merecerían ser desaprovechadas.
Botánica, es la palabra que más transito estos días.
domingo, 19 de abril de 2020
Día 30: amarillos
Ayer, se desparramaba un otoño tan impresionantemente amarillo que si lo viera Vincent, se cortaría un ojo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)